CAPÍTULO 3
¡Se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de tí, ¡oh Sahara!
(Almería, 201X)
-¿Qué tal, Medina?, solo sé de tí por lo que publicas y no te prodigas mucho -el teniente coronel Patxi Zárate, tan socarrón como siempre, no perdía la ocasión de lanzarle alguna pulla.
-No tan bien como tú, pero tirando -Medina pasaba olímpicamente de entrar al trapo.
-Por cierto, veo que te llevas muy bien con la flor y nata de nuestra "intelectualidad" cinematográfica. Cualquier día te vemos en una película de Almodóvar.
-Si pagan, ¿por qué no? - seguía a su bola. Desde los lejanos tiempos de Bosnia, cuando coincidieron por primera vez, se llevaban como el perro y el gato. Entonces, un reportero joven, medio maoísta, como Medina y un capitán bisoño, más franquista que Franco como Zárate, no podían menos que chocar. Ni los veinte años transcurridos desde entonces ni unas cuantas duras misiones en el exterior, coincidiendo ambos en muchas de ellas, mejoró la relación, aunque lo curioso del caso era que no podían vivir el uno sin el otro.
-Ya, ya... Lo digo por tu última visita a los campamentos de Tinduf en compañía de ese excelso actor, comunista confeso, que se distingue por su sensibilidad ante los pueblos oprimidos, siempre que quien los oprima no sea de izquierdas -Zárate se volvía insufrible cuando sacaba el tema político. Me temí por un momento que la cosa podía terminar mal, pero un guiño de Medina, volviéndose hacia mí, me tranquilizó.
-A tí no te vendría nada mal darte una vuelta por allí, seguro que se te cae la caspa de la carcundia -respondió Medina con media sonrisa.
La carcajada general restó tensión al ambiente pero interesó sobre todo a los que habían vivido el conflicto del Sahara. Unos como yo, de chaval, o como los generales Montejo y Alegre y los coroneles Cortés y Moreno, de oficiales jóvenes.
-No he tenido la oportunidad de leer tus artículos sobre la visita a los campamentos y me gustaría hacerlo -El coronel Cortés se interesó-, ¿están en internet?
-Sí, naturalmente, en la versión digital de mi periódico de hace dos semanas los encontrarás, pero no digo nada que tu no sepas, además, tan poco me permiten en mi periódico, que se le ve el plumero con el Polisario, decir cosas políticamente incorrectas. Si quieres saber algo en concreto pregúntamelo y te lo cuento, si lo sé.
-¿Cómo es eso? -saltó Zárate-. Tan mayorcito y escribiendo al dictado.
Por un momento, la cara abotagada por el alcohol de Medina se petrificó y sus manos se aferraron con fuerza al sillón.
-¡Efectivamente, escribo al dictado porque si no lo hago no como! Yo no soy un reportero estrella, sino un puñetero currante que no se puede permitir el lujo de tener honor como tú... Claro, es muy fácil tenerlo con un trabajo fijo y aunque no muy bien pagado cobras todos los meses, en una profesión que te proporciona una cierta categoría social y te permitirá retirarte con una pensión decente. En cambio yo, después de veinte años de corresponsal, chupándome las mismas guerras que tú, sin una estructura como el ejército en el que apoyarme, pasándolas putas con un equipo de mierda cuando suenan los tiros, me la tengo que coger con papel de fumar para no escribir nada que roce, siquiera, con la línea de mi periódico, si no quiero verme de patitas en la calle.
"Este capullo de Zárate, ya la ha vuelto a liar. Tengo que hacer algo antes que se lie un follon de padre y muy señor mio“.
- Por favor, amigos, terminemos la fiesta en paz. Patxi deja de tocar las pelotas a tus amigos y guarda la ironía para tus enemigos que seguramente tendrás muchos. Estamos aquí para pasar un buen rato y no para encabronarnos.
-¡Venga, hombre!, si ha sido una broma -dijo Zárate -, no sabía que a la vejez te habías vuelto tan suspicaz.
-No sé cómo te las arreglas para tocarme la tecla que me pone a cien y siempre pico como un pardillo. Pero no te disculpes que lo acabarás estropeando más.
-Perdona, chico, pero este asunto del Sahara me revuelve las tripas -continuó Zárate-, ver tanto incauto corriendo detrás del Polisario cayéndoseles la baba sólo porque son comunistas, me saca de quicio. ¿Qué saben ellos de esta partida de asesinos cobardes, secuestradores del pueblo saharaui y principales culpables de lo que les pasa?, ¿dónde estaban estos memos cuando el Polisario mataba y secuestraba a los nuestros hace treinta y tantos años, mientras España defendía la causa saharaui frente a Marruecos en los foros internacionales y nosotros nos jugábamos la vida protegiendo el Territorio de los ataques del ejército Marroquí y sus guerrillas?.. Ahora nos reprochan que España los abandonó, ¿Qué querían?, que siguiéramos dando la cara a Marruecos y el culo a ellos, viendo morir a nuestros soldados, muchos de reemplazo, ¡venga, hombre!, nos tenían que haber dejado acabar con ambos, seguramente, el problema del Sahara se habría resuelto, pero estábamos en manos de políticos cobardes que nos vendieron a todos.
Se hizo un silencio que se cortaba.
-¡Joder, qué alegato Patxi! No te quiero quitar la razón porque algo tienes, pero es un tanto exagerado - al coronel Cortés, nuestro ácrata de cabecera, se le iluiminaron los ojillos ante una posible discusión -. Estoy de acuerdo contigo en que el Polisario cometió el error de posicionarse contra España, pero su actuación fue más política que militar. Hicieron verdadero daño rebelando a gran parte de la juventud saharaui en nuestra retaguardia pero sus acciones militares fueron irrelevantes evitando, en todo momento, enfrentarse con nuestro Ejército y no sé si sabes, porque no estuviste allí, que al final de nuestra estancia cambiaron de actitud ofreciendo al General Gobernador colaborar con nosotros contra Marruecos.
-¿Llamas acciones irrelevantes a que nos mataran por la espalda? -interrumpió Zárate.
-No sé a que espalda te refieres. Lo que yo viví, y aquí hay varias personas que lo pueden corroborar porque estuvieron allí en aquellos momentos, fueron algunas escaramuzas en las que el Polisario, buscando hostigar y aterrar a los nativos que servían en Tropas Nómadas o, especialmente, en la Policía Territorial, tiroteaban algún recóndito puesto y nuestra reacción intentando capturarlos -replicó Cortés..
-Entonces, mi coronel, cómo explicas el caso de los nativos de Tropas Nómadas, afines al Polisario, que formando parte de dos patrullas se rebelaron contra sus mandos españoles, matando a un soldado español, entregando a sus oficiales y suboficiales y tropa española al Polisario que los mantuvo secuestrados en condiciones inhumanas durante varias meses en Tinduf o los muertos y heridos españoles y no te digo de soldados nativos de la Policia Territorial, en el incidente de Tifariti.
-Veo que, a pesar de no tenías edad para estar allí durante el conflicto estas bastante enterado del tema – dijo Montejo extrañado.
-Efectivamente, no estuve allí por ser un chaval, pero tengo bastante conocimiento del tema por mi padrastro que se chupó la guerra en Tropas Nómadas.
-¿Quién es tu padrastro?, seguro que lo conozco -se interesó Montejo.
- ¡Claro que lo conoceis todos los que estuvísteis allí!, era mas famoso que el jabón lagarto, el ínclito Capitán Iraola, alias el Mehari , muerto lamentablemente en su cama hace tres años...
- ¡No me jodas!, ¡el Mehari tu padrastro!. Claro que lo conocemos – todos los ex saharianos asintieron con una sonrisa-, ¡menuda firma!, era mas saharaui que los propios saharauis. Desde que llegamos juntos al Sahara en el 66 se pasó todo el tiempo tirado por el desierto en la Mía a camello de Nómadas donde destacó por su valor y amor al desierto y sus gentes. La última vez que coincidimos estaba de Capitán Jefe del puesto de Bir Nzaran... La verdad es que los tenía bien puestos. Cuando, al final del 74, empezaron los problemas disciplinarios en los puestos con los saharauis de la ATN, algunos gravísimos como el ocurrido en el puesto del Aargub que les costó el puesto a un Teniente Coronel, a un Capitán y a un Teniente, el tuvo los santos cojones para, en solitario, mantener su puesto en calma e, incluso, jugársela unos meses después informando a su Mando que sería conveniente no realizar las patrullas ordinarias porque aseguraba que podrían desertar y, ante la ratificación de la orden, olvidarse de cumplirla. Al poco tiempo, se confirmaron sus predicciones y desertaron dos patrullas, con el final que ya sabéis.
Efectivamente, ese era mi padrastro -dijo Zárate-, un poco pirado, como todo el que hace cosas extraordinarias, pero un tipo genial, para mí admirable. Desde que se abandonó el Sahara, nunca más fue el mismo, se pasaba la vida despotricando contra todos los que él consideraba culpables de la ignominiosa retirada y sólo levantaba la cabeza cuando veía alguno de sus compañeros en la asociación de veteranos de Tropas Nómadas que ayudo a crear.
-No me extraña, todos los que allí estuvimos tenemos una espina clavada que, en días como hoy, cuando se han vivido tantas emociones y tomado algunas copas, se nos revuelve en el costado. Fijaos que ya han pasado casi cuarenta años desde que salimos del Sahara, pues todavía siento esa sensación de cornudo y apaleado... Muchas veces me pregunto: ¿Qué pasó allí para que la cicatriz que nos dejó sea tan duradera? ¿Salió el Ejército tocado con aquello?
- Yo no estuve en el Sahara – intervino el Teniente General -. A mi me pilló en la Península, exactamente en la Escuela de Aplicación y Tiro de Artillería en Fuencarral. Puedo aseguraros que eso que sentís no nos pasó a los que no estuvimos. El conflicto nos pasó totalmente desapercibido. Lo digo por experiencia porque por la Escuela pasaban muchos oficiales de artillería de toda España y no recuerdo que el tema del Sahara estuviera en la conversación. Tampoco nos informaron de forma oficial en la Academia de la situación que se vivía allí. Sabíamos en Madrid que unas Unidades de División Acorzada habían sido enviadas al Sahara, pero pensábamos que se trataba de reforzar la guarnición para disuadir a Marruecos. Los periódicos no traían información al respecto y las nuevas revistas, ligeramente mas abiertas: Cambio 16, Debate, Doblón …, hablaban muy poco sobre el Sahara, desde luego nada sobre la guerra, alguna cosita sobre Hassan II y su desmesurado interés por el Sahara tachándolo de ambicioso. insidioso, perturbador y peligroso. Eso sí, el viaje de Juan Carlos como Jefe del Estado en funciones al Aaiún fue recogido por todos los medios y valorado muy positivamente por la contundencia de su mensaje como hombre de estado de garantizar los legítimos derechos de la población saharaui y tranquilizar al Ejécito de que se haría lo necesario para que conservara intacto su prestigio y honor. En aquellos momentos lo que verdaderamente interesaba a los jefes, oficiales y suboficiales destinados en la Península era la enfermedad de Franco y el futuro político de España después su muerte y como afectaría al Ejército, los crímenes de guardias civiles por ETA que se estaban incrementando, la detención de los úmedos y pare usted de contar. Así, que sintiéndolo mucho, de vosotros no se acordaba nadie, ni el conjunto Ejército estaba tocado cuando os retiraron.
- La verdad sea dicha, nosotros en el Sahara viviamos en una burbuja mientras en la Península ocupaba el territorio un Ejército desmesurado y anticuado que se esforzaba en sobrevivir -dijo Cortés.
- Yo diría un ejército de defensa territorial, Cortés – contestó Montejo -, porque si dices de ocupación parece como si la misión de este Ejército fuera la represión sistemática del pueblo.
- Rectifico, si el término duele a vuestros castos oídos – continuó Cortés, impasible -, Sigo... territorial, macrocefálico, vacío de personal de tropa, mal dotado de armamento, excepto algunas pocas Unidades que se beneficiaron de la limosma americana, con exceso de infraestructuras que mantener, empobrecido econónicamente que disponía mucho tiempo para comerse el coco con los temas que ha dicho el General. Nosotros en el Sahara con Unidades operativas, decentemente dotadas y mantenidas de armamento, material y vehículos, con una buena reserva logística, que nos pasabamos la vida en el desierto en acciones de contraguerrillas con o sin enemigo real, que casi nunca encontrábamos, y otras pocas de combate, no cabían otros pensamientos que mantener nuestras Unidades al máximo de operatividad y a nuestra gente motivada e instruida.
- Hombre, Fernando, ese Ejército de la Península también tenía otras burbujas de mucha calidad: Unidades de Montaña, Acorazadas (algunas estuvieron en el Sahara), de Operaciones Especiales, Paracaidistas (dos Banderas estuvieron en Aaiún) y algunos Regimientos de varias Armas, cuyos mandos no estaban para umedades y politiqueos – precisó el General Alegre.
Como ví que estábamos entrando en territorio peligroso traté de reconducirlo hacia temas menos espinosos:
- Vamos a ver, oyendo a Patxi aquello fue la más parecido a la segunda guerra mundial, pero escuchando a Cortés parece que fue una excursión de ursulinas. Por lo que sé, entre vosotros reunís tres cruces rojas de guerra, condecoraciones que no se dan por buena conducta o tiempo de estancia en un determinado destino, sino por meritos de combate. ¿Es así? -pregunté haciendome al tonto para tirarles de la lengua.
-¡Ni tanto, ni tan calvo! - medió el general Montejo, nuestro Quilón de Carabanchel- desde mi punto de vista, fue una guerra de baja intensidad con operaciones de guerrilla, sabotajes, incidentes fronterizos, secuestros, minado de caminos, ataques a aeronaves, etc... con el resultado de un centenar de bajas propias, la mayoría de personal de nativo. Las operaciones militares se realizaron, preferentemente (sobre un 90%), en zona comprendida por la Saguia el Hamra por el sur, la frontera norte de Marruecos, la frontera de Argelia y Mauritania por el este y el mar por el oeste. El Polisario, entre los años 1973 y 1975, realizó una treintena de acciones, generalmente, tiroteo de pequeños puestos defendidos por Tropas Nómadas o PolicíaTerritorial, siempre cerca de la frontera de Mauritania, Argelia o Marruecos, donde replegarse rápidamente. Solamente en dos ocasiones operó fuera de esa zona: contra las instalaciones de Bu Craa y en el tiroteo del puesto de la Güera, en el extremo sur del Sahara. El mayor enfrentamiento real, no intencionado por parte del Polisario, con nuestro Ejército se produjo en las proximidades de Tifariti, montándose una importante operación helitransportada, por cierto la primera de nuestra historia militar, donde nuestro amigo el coronel Moreno, aquí presente, entonces Teniente de Tercio 3, ganó su cruz roja de guerra…
El coronel Moreno, un cachondo mental, se levantó y saludó militarmente.
-Por su parte – continuó Montejo-, Marruecos inició el despliegue del Cuerpo Expedicionario de las FAR, del FLU y del Batallón Meharista en el verano del 74, no iniciando sus operaciones hasta la primavera del 75 con una decena de intentos de infiltración de patrullas del FLU que fueron interceptadas y capturadas, casi todas, por Unidades de la Legión, dejando un número considerable de bajas y prisioneros marroquíes. Un buen ejemplo lo tenemos en el teniente Cortés que con su Sección, una noche cerrada en la infernal zona de dunas próximas al mar, localizó una de esas patrullas que trataba de infiltrarse hacia Cabeza de Playa en mayo del 75 y tras un duro enfrentamiento la capturó, ganando su cruz roja de guerra. Posteriormente, en octubre del 75, cuando España abandonó los puestos del interior, fueron ocupados por Marruecos. Para hacer justicia diré que el General Alegre, entonces teniente la Unidad de Helicópteros, también ganó la cruz roja de guerra por varias actuaciones destacadas entre ellas la operación de Tifariti.
¡Medallas!, ¡medallas!, ¡medallas!, ¡¿Qué no haría un militar por ganar una medalla?!- pensé- ¡No hay nada superable al hecho de llevar una de guerra en el pecho¡ Que reconozcan todos tu valor y capacidad para realizar misiones arriesgadas bajo el fuego enemigo, estar entre los pocos elegidos por la fortuna, ¡eso no tiene precio! Pero para conseguirlo es preciso elegir, como han hecho casi todos los que las consiguen, Unidades de mas probable empleo en casos de conflicto. Si te quedas bien arropadito en una guarnición o en un Cuartel General, aunque tu destino sea fundamental para el Ejército, lo más que puedes optar es cada tres años a una medalla del mérito militar, “burocrático” o de “guarnición” diría yo, que llenan muchos pechos de nuestros Jefes. En esta guerrita, afortunadamente, se concedieron las medallas de guerra de forma muy justa. Me vino a la memoria una sentencia que escuché a un viejo Coronel que estuvo en la guerra civil: “¡Qué valiente!, ¡qué valiente! El teniente Pimentel, le dieron una medalla al Teniente Coronel”. Eso no se dio aquí. Un caso ejemplar lo tenemos ante nuestros ojos: cuando el Coronel del Tercio, tras la captura por Cortés de la patrulla del FLU, le dijo a Montejo, que como capitán de la Compañía lo iba a proponer para la cruz de guerra, este se negó terminantemente solicitando se propusiera al Teniente Cortés que era el verdadero protagonista de la acción. Lo triste es que si reparas los que las consiguieron en aquella campaña son muy pocos los que tuvieron premio en su carrera llegando al generalato, cuando otros muchos, sin moverse de Madrid si que lo consiguieron.
Duelo al sol (Gor Femeinia, Sahara, diciembre de 1974)
Sobre la una y pico de la tarde sonó la alarma en la Base de Helicópteros y nos dirigimos rápidamente a la zona que teníamos asignada: los pilotos que estaban volando en misiones rutinarias recibieron órden de regresar y los demás nos incorporamos corriendo a la sala de briefings donde nos esperaba nuestro Comandante...
- Hoy vamos a tener el honor y la suerte de participar en la primera operación helitransportada en guerra en la historia del Ejército Español. Sólo van a intervenir, en una primera oleada, siete helicópteros: dos armados, cuatro de transporte y uno medicalizado, quedando el resto de los disponibles en situación de alerta en la Base, sin ninguna configuración especial - se produjo un revuelo entre los pilotos pues todos querían ir en la primera oleada -...¡Haya paz! -dijo el Comandante Segundo Jefe de la UHEL- , he decidido que los siete primeros pilotos sean los capitanes mas antiguos y los siete copilotos los tenientes igualmente, el resto, permaneceran en alerta en la Base, por si fuera necesario su intervención. Dicho esto, paso a desarrollar nuestra orden de misión que se completará cuando lleguemos a Smara…
...La situación es la siguente: sobre las veintidos treinta de la noche pasada un grupo de polisarios intentó raptar a un notable, que trabaja con nosotros de intérprete, en su casa de Tifariti; alertada la guardia de la Policía Territorial del puesto intercambió disparos con los infiltrados que lograron exfiltrarse por el apoyo de fuego que recibieron desde varios puntos en el contorno del puesto. Sobre las dos de la mañana salió de Smara una patrulla de la Policía Territorial al mando de un teniente con una entidad de 47 hombres, la mayoría nativos, transportados en land rovers, en persecución de los polisarios cuya entidad se estima en una veintena de hombres armados con armas ligeras. Perdieron su rastro rebasada en unos kilómetros de la frontera con Mauritania y cuando recibieron la orden de regresar, a la altura de Gor Femeinia... (señaló en el mapa)… el vehículo de vanguardia (en el que iba el teniente segundo jefe) recibió fuego enemigo causando la muerte del conductor, nativo, y heridas en el operador de radio, español. Un nutrido y eficaz fuego se concentró sobre la patrulla que tuvo que desplegar en una zona despejada donde sigue detenida, siendo de esperar nuevas bajas. Nuestra misión es helitransportar, en el menor tiempo, una Sección de la Legión desde Smara hasta la zona de combate, apoyar por el fuego el desembarco y la maniobra terrestres y evacuar las bajas. Asimismo, está previsto que sobre las quince horas salga una patrulla de Topas Nómadas desde Smara para contribuir al cerco y captura del enemigo y recuperación del material averiado o destruido. También se ha ordenado la presencia sobre la zona de combate de un avión Saeta. Como yo soy el oficial mas caracterizado de los que intervienen en la operación seré el Jefe de la misma. En cuanto termine el repostaje y las rutinas prevuelo, saldremos hacia Smara en el orden especificado en el plan de vuelos que figura en el tablón de anuncios. Al llegar a Smara, se procederá a repostar y embarcar la Sección de la Legión y a la máxima velocidad dirigirnos a la zona de combate. Tras un reconocimiento por los helicópteros armados, se tomará tierra en la zona de desembarco que decida, en principio, aquí al NO. de esta zona montañosa. Los helicópteros de transporte, una vez finalizado el desembaco de la Sección regresarán a Smara donde repostarán y esperaran a mi orden. El helicóptero medicalizado realizará la evacuación en cuanto caiga la noche, con el apoyo de los helicópteros armados y la Sección desembarcada. La Sección ocupará la loma más al Oeste...(señaló en el mapa)... desde donde fijará al enemigo por el fuego para facilitar el repliegue de la Patrulla atacada. Como la Unidad de Nómadas estima su llegada a la zona sobre las nueve y media de la noche, desplegará en una zona cubierta próxima a la patrulla de la Policia Territorial para apoyarla, si no hubiera podido replegarse, cerrar el cerco por el sur hasta que con la luz del amanecer emprender el rastrilleo de la zona junto con la Sección de la Legión y apoyo de los helicópteros armados… ¿Alguna pregunta?...ninguna...bien, los pilotos designados pasaos por la armería a recoger vuestro armamento y munición y, después, haceros cargo de vuestro aparatos, hasta la salida a mi orden...
...Aunque no era el más antiguo de los siete tenientes designados el Comandante Jefe de la operación me eligió como su copiloto cosa que me pareció estupenda porque iba a estar en el meollo del follón. Recogí mi pistola municionada y comprobé, con el especialista, que los sirvientes de las dos ametralladoras las tenían preparadas y municionadas. Procedí a llevar a cabo la inspección prevuelo, mientras esperaba al Comandante. Cuando llegó, arrancamos el motor y, durante el calentamiento, empezaamos a recibir novedades de los distintos pilotos de estar listos para el despegue. Tras el permiso de la torre del aeropuerto, iniciamos el despegue, con nosotros en vanguardia…
- ¡Tuyo!..Pon rumbo a Smara y coge mil pies de altitud y cuarenta nudos…
- ¡Mio!, me hice cargo de los mandos del helicóptero con la alegría de un primerizo y eso que tenía más de mil horas de vuelo. El reloj marcaba las 14:05 horas local.
...Durante el vuelo a Smara el personal iba superconcentrado y en silencio. Nuestro Comandante habló por radio con la formación:
- Fomación Eco Tango, voy a salir con el otro helicóptero armado para comprobar sobre el terreno las ametralladoras de a bordo.
...Tomó el mando del helicóptero y realizó unas pasadas sobre unas grara ordenando el fuego con ambas ametralladoras que funcionaron a la perfección y lo mismo sucedió con el otro helicóptero, reintegrándonos a la formación. Ni que decir tiene que el ruido de los disparos me excitó más de lo que estaba...
...Sobre las 15:30 llegamos a Smara. El Comandante se presentó en la Jefatura del Sector poniéndose a las órdenes del Coronel que le transmitió las últimas instrucciones, recogiendo a un teniente de Tropas Nómadas designado como oficial de enlace por su conocimiento del terreno y del personal nativo. Mientras tanto, la Unidad de helicópteros procedió al repostaje y ajuste de equipos. Sobre las 17:30, con la Sección de Operaciones Espaciales del 4º Tercio Sahariano embarcada, emprendimos el vuelo hacia la zona de confrontación. Cuando estábamos tres minutos fuera de la misma (18:30 horas) y a la vista de nuestra patrulla de la PT detenida, los helicópteros armados nos adelantamos a la formación y realizamos un reconocimiento por el fuego de la zona, recibiendo disparos desde los barrancos interiores de la dos lomas más próximas a la patrulla, que nos impactaron en el rotor y los patines, sin daño grave; entre las dos lomas observamos un vehículo propio aislado, detenido y humeante. Volvimos a la formación donde el Comandante confirmó la zona de desembarco que se realizó sin incidentes y con la protección de los helicópteros armados. Como estaba previsto, los cuatro helicópteros de transporte regresaron a Samara y solo quedamos los helicópteros armados y el helicóptero medicalizado...
...La Sección de legionarios inició el avance hacia la loma oeste donde desplegó con los tres pelotones en linea en la cresta militar sobre 19:15 horas, sin haber recibido fuego. Como la luna estaba en cuarto menguante se hizo de noche sobre esa hora, ordenándosele a la Sección que se detuviera y cumpliera sus ordenes de evitar la exfiltración del enemigo, apoyar por el fuego a la patrulla de la Policia Territorial detenida, que seguía recibiendo fuego esporádico, y la operación nocturna de evacuación de muertos y heridos y su traslado al punto donde el helicóptero medicalizado los recogería a las 19:45 horas. A esa hora y, pese al fuego enemigo que ya no era tan eficaz por la falta de luz, se inició la operación de evacuación con la aproximación del helicóptero al punto previsto; dada la falta de visibilidad el piloto se vio en la necesidad de encender el foco bajo durante unos segundos para aterrizar, sin que afortunadamente recibiera ningún disparo, regresando a la Base de Aaiun para que fueran atendidos los heridos...
...A las 21:30 llegó la patrulla de Tropas Nómadas a la zona de confrontación ordenándosele que tomara contacto con la patrulla de la PT y cerrara la zona por el sur. Viendo el Comandante que la zona este estaba descubierta y por ella pudieran exfiltrarse los polisarios durante la noche, pidió al Sector helitransportar una nueva Sección de Operaciones Especiales para cerrar dicha zona. Se le concedió pero no podría realizarse la operación hasta las primeras luces del día siguiente en que se enviaría, también, un Capitán de la VII Bandera con su PLM para coordinar el movimiento de las dos SOEs…
...Al amanecer la Primera Sección de Operaciones Especiales de la Legión inció el rastrilleo del barranco de la loma donde habían estado desplegados durante la noche. Al poco tiempo llegó helitransportada la segunda Sección de Operaciones Especiales que tomó al Norte de las tres lomas y procedió al rastrilleo de las otras dos situadas mas al E. En la loma más próxima abatió dos polisarios que se les enfrentaron, continuando hacia la loma del SE. Donde se encontró a un polisario herido al que le realizó una cura de urgencia el brigada sanitario de la PLM. Cuando ambas Secciones terminaron el rastrilleo, sin mas novedades, apreciando que el la mayor parte del enemigo se había exfiltrado por el norte durante la noche, iniciaron el movimiento hacia el punto de embarque de los helicópteros. Inesperadamente, desde una cueva, protegida por una enorme roca, se produjeron varios disparos que causaron la muerte del sargento Carazo y heridas a dos legionarios sirvientes de una ametralladora ligera. En ese momento y, sin que nadie se lo ordenara, el teniente de Topas Nómadas que realizaba la función de Oficial de Enlace de nuestro Comandante, le pidió a un soldado de TN su fusil y granadas para el mismo y comenzó a lanzarlas al foco de los disparos enemigos, sin mucho éxito porque la roca impedía el tiro directo. Rápidamente, le ordenó a un soldado de TN que lo acompañara y cargado con varias granadas de mano se encaramó a la parte alta de la cueva donde se refugiaban los polisarios y desde allí les lanzó certeramente algunas que obligaron a los polisarios a salir, siendo capturados por la Segunda SOE. Allí terminó la operación con un balance de seis muertos propios (1 sargento de la Legión y 5 nativos de la PT) y diez heridos (2 legionarios, 1 soldado español de TN y 8 agentes de la PT). El polisario sufrió 6 muertos y 3 heridos…
… Al llegar al Acuartelamiento de Smara, formarón las Unidades legionarias participantes en la operación. El capitán que las mandaba ordenó:
- Caballeros legionarios, repetid conmigo…El Espíritu del Legionario...de frente...¡ar!.. El Espiritu del Legionario es único y sin igual, es de ciega y feroz acometividad, de buscar siempre acortar la distancia con el enemigo y llegar a la bayoneta.
- Caballeros legionarios, repetid conmigo...El Espíritu de Combate...de frente...¡ar!...La Legión pedirá siempre, siempre, combatir sin turno, sin contar los días, ni los meses, ni los años.
- Caballeros legionarios, con el gorro en la mano izquierda y el brazo en alto gritad conmigo:
¡Viva España!
¡Viva Franco!
¡Viva La Legión!
...Toda la tensión acumulada en las dos últimas jornadas se liberó en una explosión de alegría y satisfacción por el deber cumplido.
El Coronel Moreno que había permenecido muy atento a como el General Alegre daba su versión de los hechos, intervino:
-Coincido plenamente con lo que dice el General. los fríos hechos se desarollaron así pero me gustaría decir algo sobre el aspecto humano de la operación. Yo era Teniente de la VII Bandera del Tercio 3 y estaba destinado en Smara, precisamente de oficial de guardia cuando llegó la noticia del ataque a la patrulla de la Policía Territorial. Fuí al Cuartel General del Subsector para entregar el mensaje y ví como se cocía la respuesta al ataque.
La Bandera de la Legión de guarnición en Smara estaba cumplimentando las misiones de reforzar los puestos del interior y el control de zonas fronterizas, así que estaba diseminada en una amplia zona: Una Compañía dando seguridad a los puestos de Hausa, Echdeiria y Mahbes, otra dando seguridad a Tifariti y Angala y protección de convoyes logísticos y la Tercera Compañía en el Acuartelamiento de Smara reorganizándose. Dispaníamos de una reserva formada por una Compañía del Tercio 4, con dos Secciones de Operaciones Especiales (SOE), sin Capitán en esos momentos y con un sólo teniente. Como véis, no quedaba mucho con qué responder. El Jefe del Subsector, ordenó que se empleara la SOE que tenía Teniente en el menor tiempo posible, solicitando apoyo de la Unidad de Helicópterps de Aaiun para su transporte a la zona de combate. Asimismo, que la segunda SOE, estuviera preparada para intervenir, si fuera necesario. Como yo sabía que no tenía Teniente me ofrecí voluntario para mandarla, argumentando mi antigüedad en el Tercio, cosa que fue aceptada por el mando, con gran alegría por mi parte. Cuando, por la noche, se recibió la petición del Jefe de la Operación de ampliar con otra Sección de Operaciones Especiales para cerrar el cerco evitando la exfiltración nocturna del enemigo, el Jefe del Subsector, teniendo en cuenta la obscuridad reinante, postergó el envio de la segunda Sección, que yo mandaba, para el amanecer del siguiente día, decidiendo constituir una Plana Mayor de Compañía para que coordinara las dos Secciones sobre el terreno. Cuando se supo que se iba a emplear, también, una PLM de Cía. hubo un revuelo del copón, todo el mundo quería ir, presentándose voluntario. Se dieron casos extraordinarios el del sargento Carazo, por ejemplo, que marchaba a la Península a casarse al día siguiente y fue el primer voluntario, retrasando su boda, desgraciadamente fue nuestra única baja mortal. Otro caso resaltable fue el del brigada sanitario que ya había sido relevado de su puesto por otro recien llegado al Tercio, que insistió ir él como mas veterano, lo consiguió y tuvo una extraordinaria actuación. No voy a decir mucho de los legionarios pues los hubo que, sin idea del manejo de la radio, se presentaban al puesto de operador. En fín, nunca en mi vida me he sentido mas orgulloso de pertenecer a la Legión como en aquella ocasión. Despues, cuando entré en acción con mis legionarios, el terreno era tan compartimentado, pedregoso y lleno de cuevas que no tuve ojos más que para lo que tenía enfrente. Como es natural los legionarios me lo hicieron fácil por su extraordinario valor y eficacia. Cuando todo pasó y regresé con mi Unidad al Acuartelamiento, me sentí bien, había sido mi primera experiencia de combate y no tuve bajas, ¡qué mas podía pedir!